Conciencia y Consciencia – El Despertar Interior

En la travesía de hacer a ser, el lenguaje se torna un aliado valioso. Dos palabras que suelen confundirse, “conciencia” y “consciencia“, revelan matices distintos de nuestra existencia cuando comprendemos sus diferencias.

Conciencia” se refiere a la percepción sensorial y moral de nuestro entorno. Es el faro que nos guía entre el bien y el mal, y puede inquietarnos o ser ignorado.

Por otro lado, “consciencia” va más allá. Es el reconocimiento de uno mismo, la confirmación de nuestra existencia y nuestra conexión con el universo. La “consciencia” es el Ser auténtico que se percibe a sí mismo y al entorno desde su propia esencia.

Estos conceptos también se reflejan en la dualidad y la unidad. Mientras la conciencia opera en la dualidad, explorando el mundo material, la consciencia se alinea con la divinidad o la unidad. En el terreno de la consciencia, se abre un campo de infinitas posibilidades, donde el efecto observador es central.

Así, desde la consciencia, nuestra percepción puede resonar con infinitas posibilidades. Esto significa que a medida que nos volvemos más concientes, ampliamos nuestra conciencia y profundizamos nuestra conexión con el universo.

No obstante, nuestra conciencia suele estar “dormida”, sumergida en la dualidad, sin reconocer que todas las experiencias son expresiones de la consciencia. Pero hay un despertar posible: el momento en que comprendemos que la consciencia se está manifestando a través de nosotros.

Este despertar interior es un paso crucial en el viaje de hacer a ser, ya que nos permite vivir nuestra existencia desde una nueva perspectiva.