En nuestro último post, exploramos el concepto del ego en el marco de hacer a ser. Aprendimos que el ego no es un enemigo a vencer, sino una herramienta con la que podemos trabajar. Pero, ¿cómo trabajamos con el ego exactamente?
- Observación: El primer paso es la observación. Al observar nuestras acciones, emociones y pensamientos desde una perspectiva de tercera persona, podemos identificar cuándo nuestro ego está en control. Este es un primer paso para ser más consciente de cómo nuestro ego puede distorsionar nuestra percepción de nosotros mismos y del mundo.
- Aceptación: Una vez que somos conscientes de nuestro ego, el siguiente paso es aceptarlo. Esto no significa resignarse a su control, sino reconocer su presencia y su papel en nuestras vidas. El rechazo del ego solo fortalece su control sobre nosotros. La aceptación nos permite trabajar con él, en lugar de luchar contra él.
- Responsabilidad: Reconocer y aceptar nuestro ego nos da la posibilidad de tomar responsabilidad por nuestras acciones y emociones. No podemos culpar al ego por nuestras decisiones, ya que somos conscientes de su presencia y de su influencia.
- Alineación: Finalmente, trabajar con el ego implica alinear nuestras acciones y decisiones con nuestro auténtico ser. Al hacer esto, permitimos que nuestro verdadero yo guíe nuestra vida, en lugar de permitir que el ego lo haga.
El viaje de hacer a ser implica reconocer, aceptar y trabajar con nuestro ego para permitir que nuestro verdadero yo brille. En lugar de estar en una constante lucha con nuestro ego, podemos integrarlo en nuestra vida de una manera saludable y productiva.
Finalmente, aquí surge un punto vital para reflexionar: el papel del ego en nuestras decisiones y en nuestra satisfacción personal. En ciertas ocasiones, nuestro ego puede llevarnos a una encrucijada donde debemos elegir entre tener razón o ser felices.
Aunque pueda parecer una elección simple, el ego a menudo nos empuja hacia la primera opción, buscando autoafirmación y validación externa a expensas de nuestra paz interior y felicidad. Al trabajar con el ego en lugar de luchar contra él, podemos tomar decisiones más conscientes que reflejen nuestro verdadero ser y nos lleven a una satisfacción más auténtica y duradera.
¿Cuál es tu elección, tener razón o ser feliz?