Finalmente, llegamos al tercer y último nivel de nuestra mente: la consciencia. Este es un reino que trasciende la dualidad de la mente conciente y la mente inconsciente. Aquí, nos conectamos con el conocimiento universal, la sabiduría intuitiva y nuestra verdadera esencia.
- Conexión con la fuente: La consciencia es nuestra conexión con la fuente, la conciencia universal. En este nivel, trascendemos la identidad individual y nos volvemos uno con la conciencia superior.
- Sabiduría intuitiva: La consciencia es la fuente de nuestra sabiduría intuitiva. Esta sabiduría no se basa en experiencias pasadas o aprendizaje acumulado, como la sabiduría de la mente conciente o inconsciente, sino que surge de una comprensión más profunda y universal de la realidad.
- Creatividad: La consciencia también es la fuente de nuestra creatividad. Aquí, las ideas fluyen libremente, no están limitadas por los parámetros lógicos o racionales de la mente conciente.
- Autoconocimiento: A través de la conexión con nuestra consciencia, llegamos a conocer nuestra verdadera esencia. Esta no es una identidad definida por nuestras experiencias, creencias o roles en la vida, sino una conciencia pura y sin limitaciones.
- Transformación y crecimiento: Finalmente, a través de la conexión y el trabajo con nuestra consciencia, podemos experimentar una verdadera transformación y crecimiento personal. Al alinear nuestra vida con la sabiduría y guía de nuestra consciencia, somos capaces de liberarnos de los patrones de pensamiento y comportamiento limitantes y vivir una vida más plena y auténtica.
Al explorar estos tres niveles de la mente, espero que hayas obtenido una nueva perspectiva sobre la increíblemente compleja y maravillosa máquina que es nuestra psique. Cada nivel tiene su propia importancia y su propio papel que desempeñar en nuestra vida. Al entenderlos y trabajar con ellos de manera efectiva, podemos cultivar una relación más saludable y armoniosa con nosotros mismos.