En nuestro viaje de autoconocimiento y crecimiento personal, nos enfrentamos a preguntas que nos desafían en lo más profundo de nuestro ser. Dos de las más fundamentales son “¿quién soy?” y “¿qué soy?”.

Cuando preguntamos “¿quién soy?”, nos referimos a nuestra identidad: nuestras creencias, cultura, gustos y experiencias que nos hacen ser quienes somos en la superficie. Esta pregunta nos lleva a explorar aspectos como nuestra historia personal, nuestros logros, nuestras pasiones y nuestros miedos. Nos ayuda a entender cómo nos percibimos a nosotros mismos y cómo los demás nos ven.

Por otro lado, cuando preguntamos “¿qué soy?”, estamos indagando en nuestra esencia más profunda. Más allá de nuestra identidad y experiencias, “qué somos” tiene que ver con nuestra consciencia, con el hecho de que somos manifestaciones de la vida con ciertas características. Nos lleva a reconocer que todos somos iguales en nuestra esencia, aunque nos manifestemos de formas distintas en esta dualidad.

Entender la diferencia entre estas dos preguntas es fundamental en nuestro viaje de crecimiento personal. Nos ayuda a desentrañar quiénes creemos ser y a descubrir nuestra verdadera esencia. Al comprender que somos más que nuestras identidades, comenzamos a experimentar una profunda autoaceptación y autocompasión, y desarrollamos la capacidad de ver y aceptar nuestra diversidad como manifestaciones de una misma unidad.